ECOSISTEMA

Consulting cultural:

Necesidad de promover la creación de habitos de consumo cultural. Los recursos públicos estan en disminución, pero la sociedad española actual consume poca cultura por si misma. Lo que conduce a que un sector tan estratégico para la cultura del país como el de la creación no comercial: el teatro, el jazz, las músicas del mundo, la canción de autor, inclusive el flamenco, están en riesgo de desaparecer si no se invierte la tendencia a que las programaciones sean actos gratuitos, desenlazados entre sí y sólo en ocasión de festividades. Se necesita crear programaciones estables, hechas con criterio, buscando hacerlas atractivas a públicos no especializados mediante estrategias de comunicación y fidelización del público. En resumen: atraer a nuevos públicos y consolidar los existentes, mediante una nueva manera de gestionar las programaciones de espectáculos.

La mayor parte de los ayuntamientos medianos (3 a 50.000habs.) son los que tienen una mayor problemática, puesto que sus poblaciones demandan servicios, pero su tamaño hace inviable disponer de técnicos expertos para todos esos servicios. En donde los hay, es un hecho que los técnicos de cultura de esas ciudades se sienten discriminados comparativamente con sus colegas de otras áreas. Mientras los técnicos de áreas cuya actividad se realiza en horarios “normales” tienen los fines de semana libres y las vacaciones correspondientes, los tecnicos de cultura se quejan de tener que esperar a que la compañía de teatro o música recoja, para cerrar el teatro o auditorio municipal a las 2 de la mañana de un viernes o sábado y de que esas hora extras se les pagan en forma de dias libres a añadir a las vacaciones de verano, lo que hace de la conciliación trabajo/vida familiar un verdadero problema. Problema que se suple en la mayoría de los casos con una pasión y vocación inquebrantable por la música, el teatro o otras actividades culturales pero que acaba pasando factura tanto a la mencionada vida familiar como al resultado de las programaciones culturales.

Aerogeneradores en una llanura de hierba, con un cielo azul.
El sol brilla sobre una cresta que desciende hacia la costa. A lo lejos, un coche circula por una carretera.

Las programaciones, entendidas como los espectáculos profesionales a programar, se deciden por ofertas de las propias compañias, por circuitos provinciales o regionales o por gustos personales de los tecnicos (caso de que se disponga de ellos) o políticos (concejales de cultura) y se negocian caso a caso con las compañias. Los encargados de esas negociaciones desconocen por completo las complejidades de la gestión de una compañía o artista, su momento de reconocimiento público, las posibilidades de abaratar costes al optimizar los desplazamientos, la conveniencia o no de programar el mismo espectaculo que ya fue programado en la ciudad vecina. De hecho no tienen ningún contacto habitual con las compañias o artistas que quieren contratar. Obviamente las compañias negociarán con los ayuntamientos a su mejor conveniencia, produciendose paradojas como que el mismo espectaculo tiene diferentes costes en dos poblaciones vecinas en fechas distintas.